A lo largo del mes de septiembre se han ido celebrando por los establecimientos culturales europeos, las llamadas Jornadas Europeas del Patrimonio.
El objetivo de las Jornadas de Patrimonio, que nacieron en 1985 y en la que participan 50 países signatarios de la Convención Cultural Europea, es concienciar a los ciudadanos sobre la riqueza del patrimonio, a la vez que sensibilizarlos sobre la importancia de su salvaguarda.

La temática elegida este año por España gira en torno a ‘Vivir nuestros paisajes culturales’, con el propósito de promover aquellos aspectos de los paisajes culturales que poseen dimensión europea e identifican semejanzas que trascienden fronteras, tanto por su significación como por las actividades humanas que los conformaron.
Y desde ARAE Patrimonio para niños nos hemos sumado también al programa de sensibilización que desde el Ministerio de Cultura están promoviendo con un taller para niños.
Para enseñar a nuestros pequeños las riquezas culturales de nuestro pueblo se ha diseñado este taller de construcción de barracas valencianas. Porque, ¿qué hay más reconocible de nuestros paisajes que esta típica construcción de cubierta escarpada a dos aguas? (extracto de Nanohipster)
La construcción de la barraca la llevaba a cabo el labrador junto con sus familiares bajo la dirección del mestre barraquer. Se comenzaba con la fabricación de los adobes (gassons) a partir de un molde de dimensiones 45 x 35 x 6 centímetros. Los adobes se hacían mezclando barro arcilloso con agua y paja (pallús), se dejaban secar al sol y se acopiaban cubiertos de cañizo y tierra.

(Fuente: «Alboraia. El Periodico», publicado en junio de 1999.
Se cortaban las cañas en la época adecuada (durante la luna nueva de enero, para evitar su apolillamiento, según tradición oral). Se colocaban los adobes formando los muros exteriores hasta alcanzar una altura de 2’5 metros sobre el nivel del suelo. El gran espesor de los muros exteriores aislaba el interior de los cambios de temperatura. Sobre los muros se colocaba el cañizo (canyisso) con las cañas horizontales hasta llegar a la parte superior de la cubierta, la cual alcanzaba una altura aproximada de 7 metros, con una pendiente de la cubierta a dos aguas con ángulos entre 50º y 60º (Sanchis Guarner, 1957).

Construcción de la cubierta a dos aguas
La fuerte pendiente de sus cubiertas tiene la intención de evacuar el agua de lluvia lo más rápido posible evitando filtraciones al interior, dado la escasa impermeabilidad de sus materiales constructivos. A pesar de ello, para mantener en buenas condiciones la cubierta, ésta necesita ser reparada una vez cada cinco años. También la orientación de la construcción tiene una razón de ser: su longitud mayor, en la dirección del viento, con el fin de ejercer menos presión en sus paredes.

Momento del taller
La barraca tiene planta rectangular con una superficie de 6’50 x 10’50 metros. La fachada principal es uno de los lados cortos y está orientada a SE, tiene la puerta a un lado y una pequeña ventana al otro. La fachada posterior en algunos casos es ciega y en otros tiene una pequeña puerta de salida al corral.

Barraca realizada en el taller con pozo
La barraca quedaba emplazada de manera dispersa en la huerta abasteciéndose de agua por medio de pozos. No solían unirse formando agrupaciones debido al alto riesgo de incendio al que están expuestas.
Aunque también se encontraban agrupadas en el barrio del Cabanyal, conformando la tipología de urbanización que todavía persiste.

Evolución de una calle del Cabanyal y desaparición de sus barracas (Fuente: Revista del Patrimonio y Valencia Antigua)
Esta tipología resuelve las necesidades de sus propietarios, tanto de vivienda como las funciones propias de la huerta.

Taller finalizado, producción de barracas agrupadas
Las barracas, y con ellas el oficio de barraquer, han ido desapareciendo y en su lugar se han construido pequeñas casas que siguen manteniendo la forma pero no la naturaleza de sus elementos constructivos, utilizando en la actualidad materiales procedentes de la industria. a la poca conciencia que tiene la sociedad de conservación del patrimonio popular que nos identifica como pueblo.

Fotografía costumbrista en una barraca (Fuente: Valencia Antigua)
(Agradecemos a Lorena de Nanohipster por sus fotografías. También a Jésica por colaborar con nosotros en la elaboración del artículo de investigación del cual hemos extraído estas líneas. “The barraca and the cabane de guardian: two cases, one typology of earthen architecture ». Y cómo no, a las chicas de «Que viene el lobo» por acoger con tanto entusiasmo nuestros talleres de Patrimonio)